Una de Bodas o el porque la gente insiste en casarse...

Anai y Alfonso.
Dice la invitación:
"Después de una corta etapa de noviazgo de 3100 días, hemos pensado que deberíamos formalizar nuestra relación. ¡Por fin nos casamos!" 

El Piojo Y La Pulga by Pedro Infante on Grooveshark

La semana pasada, el día 16 de Noviembre, una de mis mejores amigas contrajo matrimonio con el que ha sido su pareja por cerca de ocho años. Ha sido un noviazgo largo, y no es el más largo que he visto de cerca, ese duró casi once años y mi amigo no quería casarse, al final, el que no quería divorciarse era él, en fin. Anai y Alfonso se conocieron en una mega peda en la Feria del Caballo en Texcoco. Según sé, ella lo cautivo y ella... pues estaba borracha, no encuentro otra explicación. Salieron, se conocieron, comenzaron una bonita (y larga) relación de pareja, que después de unos 3100 días termina exactamente donde, acompañados de familia, amigos y colados, se dieron el “Si”, frente al altar. 


Como en todas las bodas, siempre, siempre hay “detalles” que para la novia siempre son sinónimo de Apocalipsis, el fin de la vida como la conocemos, el fracaso rotundo de la fiesta. Tomemos, por ejemplo, este caso: días antes de la celebración, a la novia ya no le gustaba su vestido. El celular sonó a eso de las 7:25pm: 

– ¡Angel! Mi vestido está mal, ¡mira! te mando foto. ¡Estamos a semanas y ya no se puede hacer nada!
Después de mirar la foto de la prueba de vestido y los últimos ajustes, no logré encontrar la falla. Para mi era un vestido muy lindo en el cual mi amiga se veía hermosa.
– ¿Qué es lo que está mal?. Tuve que preguntar
– ¡Todo! no me gusta, ya no me gusta como me veo. (sollozos) Y lo peor es que ya lo pagué. Sufro, sufro mucho.
  
Aguanté la risa, de verdad. Si algo me gusta de las bodas son todas estas crisis pre-matrimoniales.

– Pero Ani ¡te ves preciosa! (a esto siguieron algunos comentarios técnicos sobre costura, caída de la tela, el añadido, etc.) Además, estoy seguro que a Poncho le va a encantar como te verás ese día, mira que ya decidió pasar toda la vida contigo, te prometo que le vas a parecer la mujer más linda del mundo. 
– ¡Pero es que ya no me gusta como me veoooooo! (berrinche) 
– ¡Oh que la.... ! 

Otro caso

– ¡Angel!, ¿Ya viste el tono de vestido que compraron Arte y Mari (las damas)? ¡NO ES EL TONO!!!  Las mato y luego me mato yo por no tener damas en mi boda. ¿pero para que les di la muestra del color si de todos modos iban a comprar lo que se les hinchara la gana? ASH!!! Además está bien lindo y mi vestido está equis, Todas se verán mejor que yo.
– Nadie se puede ver mejor que la novia en el día de su boda, esta prohibido, lo dice la Biblia.
– Pero Mari se ve muy linda, dile que no lo use, es tu responsabilidad.

Más risas contenidas. Oh! Dios me va a castigar por divertirme a costa del sufrimiento de las novias. El color verde del vestido de las damas Sí era el tono correcto, pero a través de alguna extraña magia, la novia convenció a sus damas de que no lo era, así que tuvieron que comprar otro vestido. 

– No hagas caso, ¡te verás espectacular!
– No, solo por eso me embriagaré. ¿Qué parte no entienden de que la protagonista soy yo? jajajajaja. ¿No ven que me estreso?

Una más, “El mensaje”:

– “Ani, fíjate que he estado muy ocupada, pero mi mamá me está ayudando con todo lo de tu evento, ya casi tenemos la mantelería, los centros de mesa y todo va a estar bien para ese día. Tu no te preocupes que todo va a salir bien. Yo me encargo”– Enviado por la coordinadora de bodas del salón de eventos 4 días antes de la boda.
– O sea ¿qué se cree esta? ¿Qué porque me manda un mensaje ya no me voy a estresar? además puso a su mamá, ¡a su mamá!, a arreglar los pendientes, ¿dónde quedó el profesionalismo?
– Anai, todo va a salir bien, además, te estas fijando en detalles que a nadie le importan, los centros de mesa sólo estorban y no puedes platicar con las personas que están a otro lado de la mesa. 
– Cómo se nota que nunca te has casado, ojalá la maldición gitana que te echaron haga efecto. La gente si se fija en los centros de mesa, hasta se los llevan a sus casas. 


Así llegamos al día de la Boda. 

La Novia
Domingo, medio día. Todo estaba listo para el gran evento. Alfonso, el Novio, nervioso, a la puerta de la iglesia, esperando a la que desde hace ocho años es dueña de sus pasiones, sentimientos y quincenas. Las Damas; Arte y Mari, con sendos vestidos nuevos, en un tono más parecido aún al de la muestra original entregada por la Novia. Yo, presente con una camisa aprobada por la novia solo un par de días antes. No podía arriesgarme a elegir un color equivocado. Así que lleve a la novia a que ella misma eligiera el tono, de esa forma yo me libraba de todas las culpas. Pasaron los 30 minutos de tolerancia que acostumbramos darle a cualquier persona que se mueva a través de esta caótica ciudad, y tal vez unos pocos más. Nomás para ponerle nervio a este asunto. Por fin llegó Ani. Hermosa, radiante, espectacular. Como cualquier novia que llega a su boda y sabe que el novio es EL novio. Se les nota en la mirada. 

Mirada de ¡si quiero!
Total que se casaron en una bonita ceremonia, hicieron sus votos con Dios como testigo, intercambiaron argollas como requiere el protocolo y de ahí a la boda por el civil. Lamento que ya no se pregunte si alguien se opone a la unión de las dos personas, no es que yo lo fuera a hacer, pero siempre esta padre que alguien se levante y pregunte: ¿Están seguros de lo que están haciendo? o que grite: Yo! Volteas y es una mujer con niño en brazos. Digo, sería divertido.

Así comienza este matrimonio, rodeados de la gente que los quiere, que desea que sean muy muy felices, por su bien, por su familia y por todos los que creemos en el amor. Ani y Poncho, les deseo lo mejor, y que exista el amor siempre en sus corazones. Los quiero.

Dudangel.


"Me caso de vivos verdes"

El chiste se cuenta solo

¡Felicidades!


Los Jurado Ávila

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