El día que se murió John

Nunca me había puesto a reflexionar en el impacto que tuvo la muerte del presidente Kennedy en mi país, México. Al fin y al cabo, ¿a mi qué? no fue en mi época, es más, creo que ni mis apás se conocían para el 22 de noviembre de 1963. Mi padre, para esa fecha tendría 15 años, y madre sólo 11. No es que realmente me interese si se nos cayó la bolsa el día 23 de noviembre (viernes), o si López Mateos expresó "categóricamente" su desaprobación al violento acto que costó la vida de su homólogo norteamericano.

Estoy más interesado en el punto de vista del ciudadano común, el ciudadano "de a pie" que le dicen. No quiero meterme mucho con los datos históricos, por aquello de que mi memoria es mala y de que no tengo todos los pelos de la burra en la mano, pero para darnos una idea a los que aún no nacíamos por esos días, John F. Kennedy, fue el presidente número 35 de los Estados Unidos de America. El más joven y el más popular, aún entre sus detractores. Algunos de los pasajes históricos en los que le toco participar, e incluso impulsar, están: La 2ª Guerra Mundial (héroe de guerra con múltiples medallas, incluyendo el Purple Heart), la invasión de Bahía de Cochinos, la Crisis de los misiles nucleares en Cuba (Ver X-Men: First Class), la Carrera espacial, promoviendo el inicio del proyecto Apollo (carrera que iban ganando los rusos hasta entonces), la construcción del Muro de Berlín y el Movimiento de los derechos civiles de la comunidad Afro-americana en EUA.

¿Y México qué? ¡Ah! Pues eso de la relación bilateral también se le daba. De este lado, Adolfo López Mateos lo recibió en Los Pinos, se lo llevó de desfile y de ahí al Ballet Folclórico del INBA.


De acuerdo con los archivos de la "John F. Kennedy Presidencial Library And Museum" El Señor Presidente Kennedy, hizo un viaje de estado a la Ciudad de México del 29 de junio al 1 de julio de 1962. Todo como parte de la promoción de un plan de desarrollo en colaboración con los países de América latina llamado "Alianza para el progreso". Dado que por aquellos día no existía "Occupy Wall Street" ni movimientos anti-neoliberales, todo México le ovacionó emotivamente a lo largo de un desfile y de otros actos públicos. También asistió a misa en la basílica de Guadalupe, ya que profesaba la religión católica-romana. Según esta nota de El Excelsior: algunos rastros que quedaron en la ciudad de aquella visita son: ... la Unidad Habitacional Kennedy, en la colonia Jardín Balbuena; la escuela primaria “Estados Unidos”, en Francisco del Paso y Troncoso, y un hotel de paso con el nombre del ex presidente: Kennedy. 
Hotel que por alguna extraña razón... Bueno, no se los recomiendo.

Foto: Archivo Excélsior 
Ya sabemos que la gente, los mexicanos, lo querían. Si, ¡lo querían! Poco más de un año después de su visita a Mexicalpan de las Tunas. Un "asesino solitario" llamado Lee Harvey Oswald, acabo con su vida el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas.

Me cuenta mi apá, (y es por él que estoy escribiendo todo este choro) que ese 22 de noviembre, como a medio día, estaban él y su pandilla jugando fútbol, algo verdaderamente extraño en este país. El juego llegó a su fin, se encaminaron hacia casa de uno de los amigos, y al llegar a dicho hogar, la mamá del amigo en cuestión, lloraba desconsolada en uno de los sillones de la sala, ¡en verdadero estado de shock! Sollozaba: ¡Se nos murió, lo mataron! Era tanta la desolación de la señora que todos los amiguitos de mi padre (entre 14 y 16 años) pensaron que se trataba del esposo de la señora.
¿Mi papá? ¿mamaíta, mataron a mi papito?- pregunto el amiguito de Luis Ángel. La señora no salía de su estado de shock, seguía llorando (no se si a moco tendido o no) que "se lo habían matado". El amiguito de mi apá también comenzó a llorar y otro de los niños que era primo hermano del primero también lloraba por su tío asesinado. Es en ese momento que llega a casa el supuesto finado preguntando:
– ¿ya supieron que mataron al presidente Kennedy...? ¿Por qué lloran?