Una no muy feliz navidad.

Lo que van a leer a continuación es una historia real, una historia de esas navidades que nadie quiere recordar y sin embargo se vuelven inolvidables . No me pasó a mí, es más, ni siquiera la escribí yo; digamos que es un post “invitado”. Le estoy prestando mi espacio a alguien a quien a pesar de no haber visto hace muchos años, es una voz crítica y constante en la elaboración de mis propios escritos. Esta vez es su voz la que quiero compartir. La situación es, hasta cierto punto común. Y dado que a veces necesitamos hacer catarsis de una u otra manera; esta es la suya…

Me han pedido omitir nombres para no herir susceptibilidades. Por mi parte solo puedo decir que: "Sé que allá en donde esté, lo van a extrañar y va a ser recordado con mucho cariño" Mi más sincero pésame a la familia.



"Eres muy grinch" es una frase que suelo escuchar mucho en estas fechas. Quien me conoce, sabe que mi "grinches" no se limita a la época decembrina. Mi "grinches" es un estado permanente, con vigencia para los 365 días del año. No me gustan las “fechas especiales", me da igual si es Navidad, San Valentin, Día de las Madres... es más, me da igual incluso mi cumpleaños.

Hoy me encuentro en un funeral, y acabo de descubrir que mi "grinchés" incluye funerales.

Y es que no logro comprender, así como cuando es una fecha especial, muchos se esfuerzan por dar un gran presente, que sea costoso (aunque sea completamente inútil o sea algo que no tiene nada que ver con tu personalidad y es que, obvio, en realidad no te conocen), si no puede ser costoso, entonces que sea vistoso, que se vea que le echaron ganitas pues, y no, no estaría mal, si estos grandes detalles que estallan en un día, se dosificaran en pequeños detalles cada día.

Así mismo pasa en los funerales, al rededor de la caja se llena de flores, arriban familiares y conocidos que tenían años de no acercarse y me suena más absurdo aún cuando dicen -"¡Uuuyy! ¿cuántos años teníamos que no nos veíamos?", "es una pena que nos volvamos a encontrar así", "ya no lo alcance" y antes de hoy, todo era "no puedo", no tengo tiempo, esta muy lejos, es muy difícil para mi... la próxima semana voy...ahora si", bla, bla, bla.

Pero hoy es una "fecha especial", hoy es día de despedir a ese ser querido, aunque sea solo el puro cascarón, porque ese cuerpo que está ahí, ya no oye, ya no siente, ya no puede ver. Pero no importa, porque hoy; hoy es un día especial, así que compran el arreglo más bonito, y pasan a ver el ataúd, y le hablan... algunos lloran, toman asiento, beben café... vuelven a acercarse al ataúd y lo miran como... como... no sé... ¿esperando qué? qué les diga "hola, ¡qué bueno que veniste, oye!" "¡que detallazo las flores!" "Aquí voy a estar un rato ¿eh?, pasa por favor ponte cómodo" y al final pasan a despedirse, cuando en vida no fueron capaces de pasar a saludarle.

Hoy es un día especial, pero no para el anfitrión, él ya ni siquiera esta aquí. Hoy hay flores, hay gente conviviendo pero, a quién le hubiera gustado ver a todas estas personas reunidas, ya no está, hace un rato que se fue; dejó ese cuerpo cansado que muchos de los que están ahora aquí, despreciaron cuando aún tenía aliento. Entonces, ¿qué sentido tiene?


A mí no me gustan las flores, prefiero los tacos al pastor, el 10 de mayo me gusta que me dejen dormir hasta tarde y me lleven a desayunar, en San Valetín no es relevante recibir un regalo o una muestra de amor o amistad, esas las espero cada día. En mi cumpleaños y aniversario de bodas me gusta que quién se acuerde lo haga porque lo tenía presente y no por que "el face" se lo recordó y si me felicitan, lo valoro un montón, y no, no es necesario un regalo... Y el día que me muera, que hagan lo que les de la gana, ¡total yo ya ni voy a estar! Eso sí, exijo que si me incineran, echen mis cenizas en un par de maracas por que lo mío, lo mío es la irreverencia y la pachanga... y por cierto cuando me convierta en un ser de luz regresaré a electrocutar a algunos… nomás por fregar.

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