!Nos atacan las aves salvajes! (otra vez...)
Ha pasado casi un año desde mi última experiencia con palomas salvajes (Columba livia domestica). Les cuento: estaba yo en la comodidad de mis aposentos, descansando. De repente, una paloma entró por la ventana y se dispuso a cagar por todos lados creando caos. En esa ocasión nuestras diferencias terminaron en el momento que arrojé al invasor por la ventana y la vida continuó sin mayores eventualidades.
Días atrás, en lo que fue una semana, llamémosle "complicada", el universo me dio una segunda oportunidad para revisar mi crecimiento espiritual. Aparentemente un símil del espíritu santo buscó la forma de entregarme un mensaje de El Señor y envió a uno de sus mensajeros con categoría de urgente a mi lugar de trabajo.
No imaginé la posibilidad de que uno de los propósitos de la visita de la anterior paloma (llamémosle: paloma 1) fuera darme la indicación de aprender sobre zoosemiótica y así poder establecer futuras comunicaciones; de igual manera, tampoco esperaba una segunda visita. Ante los hechos, y pensando que solo unos días antes me había salido el "Muñeco" en la rosca de Reyes, reaccioné de la misma forma; 1.- Llamar a "esa mujer" para preguntarle si este nuevo mensajero, (llamémosle: paloma 2) no estaba tratando de decirme que me convertiría en el nuevo José y sería padre del segundo Mesías. Ante la correspondiente mentada de madre y negación total de la posibilidad de tal "bendición", mis temores se calmaron. 2.- Me concentré en una segunda posibilidad, que la vez anterior tampoco había imaginado; agucé mi percepción, tratando de encontrar dentro de mí el deseo irrefrenable de dejarme las barbas y construir un pichi barcote para la venida del segundo diluvio universal. Nada. Aparentemente tampoco me tocará salvar a la humanidad de un segundo diluvio universal.
Creo que lo único que me queda es comprar migajas de pan y ser bueno con estos bichos; en una de esas si pudiera ser el Señor.
La palomita buena onda. |
Días atrás, en lo que fue una semana, llamémosle "complicada", el universo me dio una segunda oportunidad para revisar mi crecimiento espiritual. Aparentemente un símil del espíritu santo buscó la forma de entregarme un mensaje de El Señor y envió a uno de sus mensajeros con categoría de urgente a mi lugar de trabajo.
No imaginé la posibilidad de que uno de los propósitos de la visita de la anterior paloma (llamémosle: paloma 1) fuera darme la indicación de aprender sobre zoosemiótica y así poder establecer futuras comunicaciones; de igual manera, tampoco esperaba una segunda visita. Ante los hechos, y pensando que solo unos días antes me había salido el "Muñeco" en la rosca de Reyes, reaccioné de la misma forma; 1.- Llamar a "esa mujer" para preguntarle si este nuevo mensajero, (llamémosle: paloma 2) no estaba tratando de decirme que me convertiría en el nuevo José y sería padre del segundo Mesías. Ante la correspondiente mentada de madre y negación total de la posibilidad de tal "bendición", mis temores se calmaron. 2.- Me concentré en una segunda posibilidad, que la vez anterior tampoco había imaginado; agucé mi percepción, tratando de encontrar dentro de mí el deseo irrefrenable de dejarme las barbas y construir un pichi barcote para la venida del segundo diluvio universal. Nada. Aparentemente tampoco me tocará salvar a la humanidad de un segundo diluvio universal.
Creo que lo único que me queda es comprar migajas de pan y ser bueno con estos bichos; en una de esas si pudiera ser el Señor.
"... llamarás a dos de cada especie y sacarás tu paraguas." |